martes, 8 de marzo de 2011

Capítulo 3: Reencuentros.

Mientras Laura miraba las clases que tocaban ese día yo intentaba esquivar las miradas del resto de los estudiantes, vamos, ni que fuéramos las raritas o unas góticas.

-¿Acaso es saludable tener tres horas seguidas de idiomas?-Laura no hacía más que quejarse pues teníamos inglés, lengua y alemán a mi no me desagradaba nada la idea, los idiomas; algo que me fascinaba, lo único que me disgustaba otro tanto eran las tres últimas, hoy como iniciación las tomaríamos de tutoría como una especie de reunión para "conocernos" mejor entre nosotros lo que me faltaba.-Venga Laura déjate de hablar con las musarañas y céntrate que hoy tenemos un martes duro y seis horas que afrontar por delante-comenté intentando levantar los ánimos de mi compañera que ya se encontraban a ras de suelo,-vale pero solo si me prometes que en el recreo me enseñas esas partituras que guardas en la carpeta roja- me decía con una sonrisa pícara en los labios.-¡Pero bueno Laurita, esa carpeta tiene mis proyectos, además aún hay muchos cabos sin atar!- me dió la mano y nos dirigimos a prisa hacia la clase.

Me gusta oir el sonido de la bolita esa que tiene la punta del boli, mientras escribo; sigo el ritmo acompasado dando golpecitos con la punta de mis zapatillas deportivas incluso ahora con el texto que estoy copiando en alemán sobre las costumbres navideñas de Berlín me vienen a la cabezas obras de Wagner, arrasadoras ese tío lo valía y mucho por donde pasara tendría que ser como un Dios casi, eso seguro.

Trrrring¡¡¡¡. Parece que llega la salvación, al parecer los alumnos de éste lugar no son tan refinados ni escuetos como pensaba pues han salido corriendo de la clase y mientras, yo me encargo de recoger pausadamente todos mis libros- Emma te podrías dar un poco más de prisa; como no salga de aquí en diez segundos me da un patatús.- pobre Laura no sabe que todavía tendrá que aguantar unos cuantos mesitos las clases-en seguida salimos de tu tortura infernal Laura solo déjame sacar el dinero para ir a la cafetería-comenté intentando distraerla a sabiendas de que le encantaba hablar.-¡Sí! yo necesito un chute de cafeína para aguantar la superhipermegaultratutoría que nos espera y creo que tu también chica tienes la cara peor que la de mi abuela cuando no se toma las pastillas del sueño- que raro que acabara hablando sola pero al conozco desde hace dos días y media y ya me cae bien.

-Guau ¿ésto es una cafetería o un restauranre?- Laura estaba  asombrada y la verdad es que yo también porque aquel recinto era inmenso- Si Laura lo que tu digas pero yo necesito sentarme y tu quieres colocarte a base de café así que, ¡ Manos a la obra!.-

-Un café doble bien cargado y el vaso más grande que tengas  de chocolate con nata por encima por favor- dije sin mucho convencimiento delante del mostrador sin siquiera levantar la mirada y en ese momento me dí cuenta de que a mi peculiar amiga se le cortaba la respiración.-Laura estás bie...- el chico que me estaba atendiendo, por favor no habían suficientes hombres en el mundo como para tener que encontrarme de nuevo con aquel imbécil-vaya me sorprende que una chica como tú sea tan golosa- decía el en medio de una sonrisa socarrona.- Ya bueno, al menos busco algo con lo que endulzar mi vida no como otros que andan riéndose de la gente porque todavía no se han mirado al espejo para ver que están solos y amargados además de celosos de la dicha de los demás- Laura acababa de entran en esta do shock¿Acaso era yo la que acababa de decir aquella sandez? ni yo misma me reconocía ¿ Pero qué me pasaba últimamente?-De acuerdo admito que me río de ti eres un tanto "peculiar" y también admito que soy mejor que tú y que, bueno, no estoy celoso de la felicidad y la dicha de los demás; la verdad es que no me interesan mucho los demás-. ¡Ja! y encima con recochineos y aires de superioridad- en fin yo no había comentado que fueras tú, pero si te sientes aludido a mís palabras, que así sea ¿no?- le dediqué una sonrisa de victoria y m largué a una mesa con lo pedido mientras que Laura se sentaba a mi lado indignada.

-¡Se puede saber que mosca te ha picado! acabamos de toparnos con el chico más buenorro de la academia hasta el momento y le hablas así Dios, si a mí casi me da un patatús cuando lo vi; yo es que te mato Emma- mientras, yo sorbía de mi supervaso deleitándome con el dulce y espeso sabor del chocolate mientras el azúcar invadía mis venas como una intrusa.

Ahora, después de tal encuentro en la cafetería corríamos como posesas hasta el aula de audiovisuales ya que no había sonado el timbre y se nos hacía interminable el momento de llegar -Plock fiusfius- Pe-perdón- para colmo al girar en la última esquina me topo con una pared de carne y hueso y con un jersey azul mientras veo como se desperdigan por el suelo todos mis apuntes- perdonada, es más, una monada como tu no debería pedir disculpas a alguien tan vulgar como yo; el que se disculpa soy yo por encontrarme aquí en este momento para toparme contigo, aunque mirándolo de otro modo no me entristezco de verte- un momento- ¿Te conozco? bueno no importa ahora resulta que llegamos justitas de tiempo a clase y veo mis apuntes regados por el suelo¿Te importa?- Para nada es más te ayudo- el chico con el que me acababa de encontrar era el mismo de mi sueño y cons su voz me había vuelto a engatusar aunque ahora le daba más importancia a recoger todo para llegar a tiempo a clase.

Llevo dos horas enteras aquí hablando de chorradas y escuchando las presentaciones de los compañeros mientras Laura no para de mandarme notas hasta que la pillen in fraganti  y se olvide de sentarse a mi lado.

-Emma Modeus, haría el favor de salir a presentarse por favor- encima ahora tenía que salir a presentarme vaya fiasco.

Mientras subía los escalones de la tarima no hacía otra cosa que pensar en aquel chico al cual no conocía de nada- Disculpe profesora, he tenido que arreglar papeleo de mi matrícula siento el retraso- comentó el chico en medio de toda una clase, era el chico de antes el del sueño.-Más vale tarde que nunca Luis, por favor acomódese junto al asiento de la señorita Modeus que justo ahora tiene que presentarse.- aquella profesora me empezaba a caer mal, muy mal.

Mientras  exponía mi vida no paraba de lanzarle miradas furtivas, en mi mente no había más que interrogantes que necesitaba responder para poner orden a mis ideas y no volverme majareta.

Buff ya acabé ahora me siento y me pongo tensa entre  Laura y Luis. Me llegan dos notas al mismo tiempo a diestro y siniestro vaya Luis me ha escrito, abro cuidadosamente la nota y:" me encanta tu nombre, Emma y también me gusta que practiques atletismo pero , sobretodo, que estés en flauta travesera y que te vaya a tocar justo en mi clase" No me dió tiempo a responderle ni a leer la nota de Laura, acababan de acabar las clases ahora solo me quedaba una larga tarde de ensayos.

sábado, 5 de marzo de 2011

Miguel Falcón, un chico un tanto peculiar.

Doce y media de la noche y , en un despacho abarrotado de papeles y carpetas se encuentra Miguel un joven de 28 años  trabajando bajo la débil y mortecina luz de un flexo.

Consulta la hora en su reloj y se da cuenta de que es hora de volver a casa; se levanta y se estira tanto como cuando un león abre sus fauces haciendo sonar todas sus articulaciones quejumbrosas del cansancio.

Se pone el abrigo a sabiendas de que afuera hace un frío bastante incómodo y con un chasquido abre la puerta enfrentándose al exterior.

Con cuidado esquiva un charco y comienza a subir la larga cuesta para llegar hasta el coche ; a cada paso que da nota unas malas vibraciones, no le gusta ese ambiente lo conoce desde hace mucho.

Apresura el paso para llegar cuanto antes al coche no es el lugar indicado para una reyerta no le gustaría despertar a nadie a esas horas aún a sabiendas de que alguien lo busca desde hace mucho tiempo.

Pasa bajo una farola y percibe tras de sí una sombra en efecto lo seguían, rápidamente tomo control de la situación con un frí y calculador movimiento; se desvió de la ruta inicial yendo a parar a un callejón sin salida, al menos si aquel peculiar individuo no conocía el lugar lo llevaría a la cueva del lobo.

Se esconde en las sombras esperando, intenta evitar ante todo problemas espera que la trmapa funcione.

Oye los pasos, rítmicos al igual que los latidos de su corazón, los pasos pronto se acaban dando a entender que el individuo duda si segui hacia adelante o volver sobre sus pasos.

Oye dos chasquidos que le hielan la sangre puesto que eso significa que la persona va armada y sus intenciones son serias.

De momento juega con el factor sorpresa de que  no tiene localizada su posición y, sin más preámbulos se mueve sigilosamente entre las sombras arriesgándose a que un sencillo moviemiento en falso de  a saber su posición.

La sangre de le agolpa en la cabeza de un modo casi doloroso se juega la vida en esto, sus manos sudorosas no paran de temblar.

Su inseguridad se esfuma para a continuación impulsarse y rodear el cuello de su perseguidor con una peligrosa llave de karate, cosa que aprendió en la academia.

-¿Que quieres?- Le preguntó sin dudar ni un segundo.-Te quiero a ti- contestó el individuo con una voz conocida.

-Capitán, que hace aquí-ahora si que estaba extrañado el joven.

Ya en su casa en la cocina preparando un chocolate bien cargado se sentía orgulloso de su breve actuación puesto que su capitán lo había puesto a prueba y había realizado un excelente trabajo. Colocando con cuidado sobre la mesa las bebidas se disponía a preguntar el por qué de aquella inusual visita.

-Además de querer comprobar tu estado vengo a comentarte tu próxima misión, en ella requerirás de toda tu maña e inteligencia pues será dura y no han vuelto todavía los agentes que se han mandado pues en vano han intentado realizar un trabajo que les iba grande, pero sabemos que tú eres el único capaz de realizar con éxito la misión-mientras el capitán hablaba Miguel no hacía más que pensar que había dejado su doble vida para poder tener una vida normal, ahora tendría que jugar en la balanza consu vida.